Todo El Mundo Se Reía
Public Domain
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En cuanto el vendedor sugirió el lugar de alquiler, todo el personal de ventas empezó a reírse. Sólo Richard, que acababa de empezar a trabajar, no se reía.
Le daba pena el viejo, que parecía un pobre cordero rodeado de un rebaño de hienas malévolas. Incapaz de tolerar el comportamiento del otro vendedor, Richard se acercó y sugirió que al hombre se le debería dejar ver el coche.
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