Fuera De Lo Común
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Los vendedores se sorprendieron al ver el peculiar comportamiento del anciano. Se dirigió a la recepción y pidió a la recepcionista que vigilara su bolsa, que ella puso cuidadosamente en el suelo.
A continuación, el anciano comenzó a examinar cuidadosamente los coches aparcados en la sala de exposiciones. Iba vestido con una camisa vaquera raída, unos pantalones holgados y un sombrero andrajoso. Un vendedor en particular observó al anciano, sin intentar siquiera ocultar su sonrisa maliciosa. No quiso esperar más antes de acercarse al viejo.
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