Inesperado
The Mirror
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La mujer de Bernard se acercó y la recogió. Sostuvo la pelota en sus manos durante unos segundos mientras los niños esperaban… Todos esperaban que la devolviera sin más. “Por favor, tírala”, suplicó Evie.
En cambio, se la entregó a su marido. Él se aseguró de que todos miraban mientras buscaba un destornillador del cobertizo del jardín.
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