Imprevisible
Y las marcas no eran lo único extraño de Natalie: ahora, parecía que nunca dormía lo suficiente. Se acostaba a las 8 de la tarde, exhausta, y sólo salía de su habitación a la hora de comer del día siguiente.
Se metía con en su habitación con la comida y apenas comía nada a la hora de cenar, y respondía con brusquedad a las preguntas más inocentes de Darren cuando éste se mostraba preocupado. Era como si Natalie fuera otra persona.
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