La Promesa
Aunque Maison ya era un hombre adulto, para su madre siempre sería su niño. El hecho de que viviera tan lejos era difícil para ella. A la señora Vallance le preocupaba que Maison pudiera caer bajo malas influencias y perder el rumbo.
Para contrarrestarlo, le hizo prometer a Maison que recordaría sus raíces y sería siempre un “buen chico”. Mientras Maison viajaba a su nuevo hogar, el rostro y las palabras de su madre se quedaron grabados en su memoria.
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