Los Hombres También Lloran
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Dejó que sus lágrimas fluyeran libremente sin llorar ni sollozar. Si esto era lo que su padre quería que tuviera, lo tomaría con los dos brazos abiertos.
La grúa llegó y se llevó el coche abandonado. El proceso fue tan improvisado que Tommy tuvo que alquilar un taller mientras estaba de viaje. Necesitaba saber qué tenía de especial este viejo trasto.
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