Una Realidad Desgarradora
“¿Estabas haciendo los deberes aquí?” preguntó Tyson en su portugués macarrónico. El chico asintió, explicando que su escuela les había dado un montón de deberes que necesitaban investigación en internet.
Como no podía acceder a internet en su casa o en su barrio, había venido a la tienda para pasar al menos veinte minutos investigando. Pero eso no era todo.
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