El Trabajo Duro Tiene Su Recompensa
Pexels – Anna Tarazevich
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Eva empezó a recibir clases de cocina de su abuelo. Todavía tenía cinco años y estaba aprendiendo todo lo que su joven mente podía captar. No esperaba que su abuelo fuera blando con ella, y el hombre nunca lo fue.
A pesar de que no manejaba objetos afilados ni ingredientes y utensilios calientes, su abuelo se ponía rojo de ira cuando hacía algo mal. La llamaba a gritos, quejándose de todo lo que hacía. Pero con el paso de las semanas, Eva se dio cuenta de algo.
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