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Pexels – Alena Darmel
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Al igual que Carl, el abuelo de Eva siempre se quejaba de las cosas. Al principio, Eva no sabía que lo hacía porque rara vez se quejaba en casa. Sólo se enteró de la situación cuando su abuela la llevó un día al restaurante de su abuelo.
Lo que vio ese día hizo que el poco miedo que tenía por su abuelo se convirtiera en un temor paralizante que la arraigó a su asiento.
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