Una Escena Inquietante
“Abuela, acabo de ver a mamá y a papá comprando helados allí”. Cuando escuchó esas palabras de su nieto, un escalofrío le recorrió la espalda y sintió que las lágrimas acudían a sus ojos.
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Seguramente, eran todo imaginaciones del niño, que echaba de menos a sus padres fallecidos. Tenía que ser eso. Pero entonces miró el puesto de helados que el niño señalaba y enseguida sintió que se le caía el corazón a los pies. ¿Cómo podía ser eso posible?
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